jueves, 13 de octubre de 2011

Convocatoria #15deoctubre. Toluca

A la comunidad feminista y público en general:

Compañer@s ante la emergencia mundial de un cambio en los sistemas políticos, sociales y económicos la comunidad global entra en protesta, desde España hasta Sudáfrica,

desde Canadá hasta la Patagonia, de Francia hasta China, en México:

Guadalajara, Xalapa, Querétaro, el DF y ¡Toluca no puede quedarse atrás!

Nos unimos tod@s en una sola voz: ¡Ya basta de sangre! De miseria, de feminicidios, de

déspotas, de centralización del poder en un par de familias, ¡basta de esconder la pobreza! De demagogia, simulación y doble moral.

Éste 15 de octubre hemos de congregarnos en la Plaza González Arratia, Toluca centro a las 3 pm para mostrar públicamente que estamos viv@s, despiert@s y con ímpetu de transformarnos para transformar nuestro Estado, nuestro país y nuestro mundo. Hoy tenemos la posibilidad de escribir y ser parte de la historia, porque sin mujeres no hay revolución, porque estamos trazando el rumbo del feminismo en América Latina y la participación nos demanda.

Por un día las mujeres reunidas, NO USAREMOS SUJETADORbrassiere, corpiño, portasenos o ajustador- pronunciándonos en contra de la opresión que se ha erigido sobre nuestro pueblo, ése pueblo que tanto nos duele y nos exige.

Compañer@ basta de quejarte, difunde y ¡ÚNETE!

Frente Femenino contra Feminicidios, Edomex.

lunes, 22 de agosto de 2011

O bien: de dos prosas y una musa


Musa de dos prosas que se calcinan en sí mismas y en la otredad se recrean, con la complicidad inherente de encontrar señales perdidas en los trazos que parecen baldíos y sólo el viento sabe –lo sabe- que sabe la procedencia de latidos, medias negras y labios rojos que emanan de los dedos, como si cada trazo fuse un tacto, como si en cada concepto incomprendido se ocultara disgregada una pupila de hembra errante. Porque la locura y el arrebato se los enseñó la cadencia fiel, develante de unas manos y una lengua de felina.

En la proximidad del suicidio los condenó -poetas- la maraña de cabello y la soledad a la que –sin que se dieran cuenta- los fui acostumbrando. El cansancio y la fatiga del pensamiento, la eterna contemplación y el acertijo de aprender a despegar las uñas de sus tantos absurdos, para clavarlas en el silencio entretejido de su pluma a mi espalda es el inicio de una nueva madrugada con la luna baja.

lunes, 18 de julio de 2011

Ente lluvias de mañana y veremos...

Muchos viejos ya olvidaron el nombre de ésta canción... La mayoría sigue repitiendo en voz bajita en los plenilunios de otoño "dios quiera que al fin te canses de andar y entonces quieras quedarte"...

Verde bajo 0 (cero)


Última con su nombre, consumada hasta los remedos de alas... Alas de buitre, alas de roedor... Pupilas que arden, 2 en 2 meses, dos entierros y muertes a las que no asistí...Dos lutos que no guardo, llanto -mucho-, poca fiebre, pandemia que me deja estéril... Perdí el poema en el asiento sucio de un tranvía... Que me perdone la poesía y los demás que no sepan nada.

Fotografía: CarolinaChávez. Labios rojos: Mrs. pOp Art.

lunes, 9 de mayo de 2011

Volvieron las letras...


Volvieron las letras, como quien vuelve sin disimulo y discreción, sin una disculpa en la boca teñida de tinta, como mis niñas pícaras sin rostro, volvieron con arrogancia y acidez.

Golpeando el piso y azotando las ventanas, sin temor al destierro.

Abriste la puerta de un espacio que ya es tuyo, que es auténticamente tuyo, porque sin ti se omite, sin ti se vuelve una línea recta –o casi recta-.

Volvieron las letras como preludio de los tactos y el arrojo, como matiz y choque de masas que forman tornados y tempestades, porque en los homólogos no encontramos espacio

para el arte que crean nuestros contrastes.

Volvieron las letras, arrastrándote inherentemente a las oquedades de mi inconsciente, minándome entera, oliendo a clandestino me dejaron las manos y los labios, que te besaron con la misma furia de quien vive sabiéndose condenado a la muerte inexorable.

Mi amor, volvieron las letras y tu nombre traen pegado a la sonrisa.

Foto: @MichelJimenez

miércoles, 23 de febrero de 2011

AmAndA


Amanda anónima y carcomida, naciste con una condena implícita, más letal que la muerte misma: Ser mujer, mexicana, y trabajar en la maquila. Haber nacido en un país sin leyes, donde no hay instancia ni jurisdicción que proteja ni a las putas ni a las santas. Haber nacido hembra, ése fue tu delito.

La necesidad te movía, ya se te veía de lejos que cargabas la muerte en la médula espinal, ya

olías a sangre…

Amanda, cuéntanos por dónde sangrabas más ¿por la boca o por las uñas? Dibújanos la escena que evocaste al lado de tu madre cuando eras niña, para evadir la violación, describe para los magistrados el grosor del látigo que te azotó y para las diputadas que no imaginan por lo menos dolor símil, háblanos de cómo se siente que revienten los pulmones a causa de la asfixia asistida. Pinta a tu sociedad la escena de las flemas que te arrojaron a la cara, a todos relátanos la sensación de ver arder tu carne que nunca probó libertad y póstuma no probará justicia.

No culpes a tu pueblo, Amanda, que sólo se conmueve si es varón al que crucifican, que tu sombra no nos condene, por no hacer más que justificar tu martirio con la creencia de que a ti te corresponde ir al cielo por estoica ¿y a dónde más podrías ir? Si como muchas, en tu sexo encontraste la frontera.

Permite a tu madre regalarte rezos para tu descanso perpetuo, para que el consuelo y la resignación la abracen algún día, para que la aflicción disminuya y a la tierra deje que te reintegres, así como lo hicieron las madres de tus primas, tías y compañeras de ruta.

Coge las hojas como lienzo para retratar la agonía y la tinta como frazada, pues no encontrarás más calor en la senda de la muerte a la que estás condenada sin reparo.

Perdónanos Amanda, por ser cómplices de tu asesinato, porque el silencio fue el arma con la que más te herimos y la omisión el tiro de gracia. Por haberte arrojado como se hace con los no identificados, al hoyo negro sin retorno.

Amanda, princesa sin velo, mujer inconclusa, yo también vi a la bestia, se colapsó su imagen en tus pupilas incendiadas, yo también escuché esa noche tu pulso que reventaba y vi como el viento

y la tierra se acurrucaban uno junto al otro para evitar morirse del espanto.

Todas somos tus hermanas, guía y alimenta nuestra lucha con tu cuerpo como estandarte, que tu rostro de niña está tatuado en la bóveda celeste. Que enseñemos las letras que no aprendiste, y desterremos a la bestia mentirosa que seduce y se esconde.

Amanda, no estás muerta porque ya de ti nos acordamos, porque ya hemos llorado tu llanto.

Ahora hay un alma más que no concibe tu asesinato, y suma su lucha y causa a la mía… que es la tuya.

Duerme Muerte


Duerme muerte, duerme que ya tienes resguardo.

Duerme muerte, que las nanas te canta una nación que bebe llanto y que amanece noche, que toda invocación y plegaria fueron sepultadas y nadie tuvo tiempo de elevar.

Duerme muerte, duerme que las negruras crecen y que las madres de los muertos, te lavan los domingos el delantal y las balas, para que te duermas. Acurrucada en sus senos lechosos que te ofrecen, que esas madres ya no tienen hijos, y de sus nombres, sólo tienen el tuyo como recuerdo.

Duerme muerte que palpitas con las aguas y las tierras, que respiras agitada porque en México no hay descanso para tu paso, duerme tus sobresaltos que asaltan y tu mala hora.

Duérmete muerte y cose a tu almohada y a tu cinto los nombres de los que te legitimaron como política para que no termines por dejar los huesos y las flores de cementerio como juguetes a los niños que nacieron condenados a tu sombra.

Obra pictórica de Eugène Delacroix (1798-1863)

La muerte de Sardanápalo (1827-1828)

jueves, 13 de enero de 2011

Sangre nuestra: A la memoria de Susana Chávez


Sangre mía,

de alba,

de luna partida,

del silencio.

de roca muerta,

de mujer en cama,

saltando al vacío,

Abierta a la locura.

Sangre clara y definida,

fértil y semilla,

Sangre incomprensible gira,

Sangre liberación de sí misma,

Sangre río de mis cantos,

Mar de mis abismos.

Sangre instante donde nazco adolorida,

Nutrida de mi última presencia.

miércoles, 12 de enero de 2011

CONVOCATORIA: FRENTE VS ASESINADAS EN EDO. DE MÉXICO.


Iniciando la campaña de resistencia en apoyo a YA BASTA DE SANGRE iniciada por el maestro Rius, y a la que pretendemos sumar voces para pugnar por seguridad a las mujeres en el Estado de México, donde nuestro único delito es ser mujeres mexicanas, este delito se paga con sangre y que no cesa un sólo día. El gobierno de Peña Nieto ha demostrado incompetencia, negligencia e intolerencia a las minorías. Con el antecedente de tener un mayor índice de feminicidios en el Estado con respecto a Ciudad Juárez (Francisco Cruz en el libro tierra narca), no tenemos una iniciativa real, independiente del Estado que exija respuesta y seguridad. Hago un atento llamado a que se unan a esta causa y podamos REUNIRNOS ÉSTE 17 DE ENERO A LAS 16 HORAS FRENTE A PALACIO DE GOBIERNO DE TOLUCA para discutir las problemáticas y plantear una estrategia organizada y real. MUCHAS GRACIAS, ELLAS, LAS OTRAS, NOSOTRAS Y LAS DEMÁS ESTAREMOS ETERNAMENTE AGRADECIDAS.
Agradecemos la difusión a este MOVIMIENTO INELUDIBLE.

lunes, 10 de enero de 2011

Pasó el tiempo poetas...


Pasó el tiempo de la omisión, poetas, pasó el tiempo del elogio a la flor, y la poesía con sabor a deguste de las mayorías y las altas clases.

Las calles con perfumes de vientos frescos, fueron privilegio de los clásicos, ahora nos resultan sólo mitos, porque esas calles que todos olvidamos y evadimos, luego de reducirlas a la imagen lírica, siempre estuvieron plagadas de niños con infancias robadas, de mujeres con pómulos hinchados no sólo por sangre, si no por silencios obligados, mujeres perseguidas por el signo de la pugna de Eva, por desobediente e imprudente. Ancianas despojadas de la vejez, como inocencias suprimidas.

Pasó el tiempo de tomarnos en serio nuestra filosofía vital, de sentarnos a debatir si dios vive o muere, para echarnos a correr. Hacer caso a nuestros padres, cuando nos dijeron que callados, nos veíamos más bonitos, poetas, estamos olvidando nuestro oficio, y que los brazos de los que ahora llamamos pueblo como ajeno, son los únicos brazos que nos cobijaron, y resistieron nuestro exilio.

No asistimos a los basureros cuando hablamos de basura, ni agradecimos a la puta que pintamos y nos hizo ser artistas, no nos quemó ni un poco el fuego, para hablar de incendios, no padecimos hambre, para decir que la imaginación y el delirio procedían de ella.

Nos excluimos del llanto y la miseria, argumentando que nuestras sensibilidades innatas de poeta, era demasiado finas para soportar saber del mundo sin metáfora y entonces llevados por el arrebato, terminaríamos arrojándonos a las llamas ¿por qué no lo hicimos? poetas.

También fuimos al banco para comprar tinta vendida, y le llamamos banco, aunque supiéramos que no existía, y que había algo en su fuerza extraña, que aplastaba a los que un día decidieron darnos su soplo último de aliento y pan, para que nuestras letras dieran cuenta de sus voces ya frágiles, para que sus latidos no fueran extirpados con las tierras que más tarde –sabían- robaría el Estado.

Nos acostumbramos a hacer legítimo al presidente al espurio y a su gabinete, y a llevar cambio en los bolsillos para los que también llamamos pobres, con la displicencia que recordábamos de Rosario, la misma del nocturno.

Poetas, estamos olvidando nuestro oficio, estamos olvidando que los ejércitos de juguete de los poderosos, usan balas verdaderas que se explotan en los cuerpos de los inconformes y en las Helenas y los Ulises que pecaron de niños e inocentes. Poetas, no fuimos paridos por distinta estirpe a la del obrero, ni tenemos protección especial. Somos tan falibles e inexactos como la hora a la que el sol se oculta. Pero, poetas, si poetas nos decimos, no podemos ocultarnos en la trinchera de la cobardía-egolatría, en las universidades, cafés, bares… en nuestras comunas y cavernas de intelectuales, esas, que tanto nos han viciado y alejado de la poesía.

Poetas, si poetas nos decimos, no podemos hincarnos, ni podemos golpear la mano que ya nos está dictando que el viento en México huele a pólvora.

domingo, 9 de enero de 2011

Morelia 12:10 (Publicado en Región Mexiquense dic. 2010).


Reflectores puestos en las fiestas navideñas, pausas que colocan puntos finales a los insabores y dolores propios y ajenos, carpetazos, muertes –muchas-, que se reducen a una fría estadística a la que parecemos acostumbrados.

Seguimos creyendo que el confort será el que nos aleje de ser parte del problema, que los gases y las lumbres están lejos, que las granadas y las balas están lejos, aunque nos dejen sordos o atraviesen.

Ante el inocultable Estado de sitio, no podemos desligarnos o evadirnos… Ahora más que nunca debemos reivindicar las miradas y las voces, al igual que los compromisos cotidianos con nuestro momento histórico, como lo hace el Poeta del Caos, y sus letras, preocupadas por el acontecer en Michoacán, México.

Un exhorto explícito a dejar de omitir el análisis, la reflexión y el mismo espanto del que procuran alejarnos los medios y la política.

Una voz fresca pero ácida que devela desde las entrañas, escenas e imágenes que seguro nos suenan familiares.

Vi con horror al levantarme entre la gran nube de humo negro, que todos habían callado definitivamente, como lo habían hecho paulatinamente mientras vivían.

Todos habíamos callado: Estaban los autos frente a la Universidad, el "recinto del saber" que a voces de todos se había vuelto el recinto de "la corrupción, la conveniencia, la indiferencia". Universidad de egos y proyectos truncados por paros que consumen los presupuestos otorgados por el “gobierno del cambio y promulgados a través de los valores del Cardenismo”. Callamos todos, guardamos silencio, ahí, cuando los sindicatos tomaron nuestra Universidad impunemente, cuando el hermano del gobernador de nuestro estado fue mostrado en una grabación haciendo acuerdos con aquellos que asesinaban a los nuestros, al vecino, al prójimo, al próximo, que por miedo convertimos en el anónimo; callamos cuando veíamos a gente fumando marihuana, inhalando cocaína, inyectándose éteres del delirio, consumiendo los ojos que se cerraron para siempre ese día. Pensamos que era inocente, pensamos que a nadie hacíamos daño, subjetividad, elección, libertad, esas banderas se alzaban mientras nosotros les comprábamos las armas a las fuerzas contrarias.; callamos todas las noches, con miedo, cuando oíamos las patrullas pasar, cuando nos enteramos que habían soltado una granada, cuando nos pusimos un cubre bocas aterrados por una epidemia que sólo dejó 145 muertos en todo el país.

Todos habíamos callado, por eso sólo sonaban los ruidos de las balas, por eso ahora sólo aullaban las sirenas de las ambulancias. Callamos y nos hicimos a un lado para dejar espacio a los cadáveres, a los ríos de sangre que ya huelen a tinta negra para los pulgares que votaron por su “democracia” y su “libre partidismo”. Pero eso, ellos, los del Sol amarillo manchado de rojo, los del Pan de los ricos, los de la revolución institucional que nos tapaba los ojos, voltearon nuestras miradas a los televisores, y nos hicieron un circo de vicios y escándalo, de consumo y humo. Pero este humo, negrísimo, como el cañón de un revólver apuntando a nuestras sienes, nos abre los ojos, y vemos que no había Sol, que no había Pan y que los agujeros seguían ahí, donde siempre, como los habían visto siempre nuestros abuelos, tragando migajas, rezando el credo, siguiendo “la bola”: ni justicia, ni tierra, ni libertad.

Habíamos aprendido a agachar la cabeza, a portarnos bien, a no decir nada. Ahora cuando podemos hacer uso de nuestra servil costumbre para no ser alcanzados por las balas, no debería extrañarnos que nos arrojen al ejército en las espaldas. Nos silenciaron los intereses académicos, las pugnas personales, nuestras alegrías pequeñas (siempre maravillosas), nos silenciaron los monitores.

Vemos los televisores en silencio, frente a la pantalla de esta computadora escribo esta elegía en silencio. ¿Por qué me sorprende entonces haber callado? ¿Por qué me indigna el enmudecimiento del horror? Dejamos entrar al enemigo en nuestras casas. No es un gobierno corrupto y ambicioso contra unos bandidos desesperados y mal entrenados. Es una sociedad muda que ha olvidado que corresponde a ELLA. ¡A ella y no a los gobiernos, a ella y no a la policía! Ser consciente de la violencia en la que es sumergida a diario. Violencia multidireccional, de izquierda, de derecha, de centro, de arriba en los cielos, de abajo en los barrios.

¿Y qué te dicen cuando comulgas en la iglesia cercana construida con dinero de aquellos que usan las armas? “Reza”, “Ten fe”, “Recupera los valores cristianos”. Rezos dirigidos a un ejército de santería. Fe que es la misma con la que se dan a diario los “tiros de gracia”. Valores mortíferos, palabras vacías en las que caben hasta las balas.

Vivimos el gobierno totalitario de la violencia, y no saldremos de ella con vida a menos que nos alcemos, no en armas ¡LA VIOLENCIA NO NOS SACARÁ DE SÍ MISMA! A menos que dejemos de callar, de voltear la vista, de superar para estar bien, a menos que dejemos el escepticismo, la crítica baldía.

Todos hemos callado y nuestro silencio ha dejado paso a los disparos y los discursos hipócritas. Es hora de empezar a alzar la voz, aunque no seamos nosotros, como individuos, a prueba de balas.

martes, 4 de enero de 2011

Sobre Penélope y las llamas


Me he tomado el atrevimiento de hacer mías estas líneas que fueron redactadas por el Poeta del Caos, un colega sin precedentes, el fuego que me ha hecho quemar las naves.

Penélope y las llamas de "2509km"

No me importa el papel que representes
Siempre serás mis letras
Mujer infalible
Persígueme y juguemos el juego de las sombras :

Tengo yo dos ojos mujer para mirarte
Más profundos sin embargo son mis recuerdos
Tengo boca mujer para decirte
Todos los muertos con los que cargo.

Entre noches oscuras nacieron tus cabellos
Fuegos que parieron a las albas
¡Qué destino de poeta más certero !
Encontrar la cuna de los mares.

Vienen a morar en tu vientre todas las criaturas
Las ha convocado el centro de tu ombligo
Vanidosa perfección que no hace ruido
Mientras lucha mi vientre con el vientre tuyo.

Siento callar las campanas
De la muerte prematura del retoño
Escucho cantar las oscuras aves
Vienen del árbol insensato de las risas.

Ya conozco mujer esos mares asabaches
Me ahogaron sus sirenas mudas
Extasiadas en el vuelo de la espina.

Ya conozco también los elementos
Risa
Cuerpo
Ritmo
Beso

No quiero enfrentarme a tus hogueras primitivas
Lanzan chispas a la espalda trémula del miedo
Presiento mujer
Tus despedidas
Enviaras bestias grises
Se tragaran todos los relojes
Detendrán todos los vuelos
Violarán la luz
Esparcirán un sabor de alquitrán en los espacios
Ya presiento mujer
Tus despedidas.


En: http://ikarusflight.blogspot.com/

lunes, 3 de enero de 2011

De vientres y prodigios.


Lo sé preciosa, lo sé de sobra. Tu afición por la suave cadencia del óleo, de tus ojos sorprendidos y tu cabello, de tu arrogancia suspendida y la multiplicidad de tus labios. Lo sé, porque basta con imaginarte, para tocarte la espalda baja y colocar bálsamo a las prodigiosas plantas de tus pies, el color de tu lente para capturar la esencia vagabunda de la poesía... Virtuosa mujer que emergió de mi ausencia.
Obligada me veo a turbar la necesidad que tienes de saber que eres imprescindible en la trama escrita y re editada. Misma ninfa, bacante que en otra tierra sublimó a los dioses. Percibo a mi amado en tus líneas, y en algunos días de tu semana. Hablemos el mismo idioma, preciosa, que aún no se ha inventado otro, ni hay "otras" palabras, para nombrar a las cosas, cosas: Llanas, simples, alejadas de la turbulenta demagogia, de los discursos que justifican tu estancia y no por ello la lírica las habita menos.
De ti no me habla la imagen que evoco por las noches y me produce sobresalto, me habla tu siniestro lunar, y las veces que tu nombre se ha cruzado con caminatas interferidas, deshoras y llanto.

No busques más preciosa, quedarte en la curiosidad y el eco de lo evidente, no seas más instante, desliza los codos y las pestañas donde puedan amanecer, donde el desvelo y no el café sea la meta.
Aceptemos, preciosa, que el incendio ha iniciado, que tu saliva, sólo engrandece ésta inundación, que los vientres nuestros, antes de pensarlos, ya habían sido consagrados al germen o la erosión.
No juegues más a creer que puedes confundir la ruta del viento o la palabra, preciosa, deja de jugar a la comuna, y de pintarte los labios, de esperar y no soltar la esfera y el instante.
Preciosa, lava tu sexo en los nenúfares hasta que se disipe el sabor de la contradicción.
Regresa a casa, segura de que la tormenta plaga calles y las oquedades del poeta.


sábado, 11 de diciembre de 2010

Mi país está ardiendo

Poeta, ¿Cuándo vendrás a aliviarme esta angustia? Que se me expande por el rostro pálido –como de desmayo- La noche me aterra, porque es prolongada.

Larga noche, como larga es la agonía de que no llegue mañana.

Poeta, tienes minados hasta los sueños y sigue sin amanecer. Todo se vuelve tinieblas, porque me dediqué a hablar de la muerte de todas formas, menos como inherente a la hoja donde ahora mismo redacto. No entendí que hasta la poesía se torna prescindible, cuando el hombre al que amas, se bate en duelo con el reino de la posibilidad, y ya no te canta, ya no cura, ya no te convence de que todo está bien, ni la ausencia comprendí hasta que un día tenía el corazón en las manos, expulsado y agonizante ante la primera plana de la Jornada, con el encabezado escrito con sangre. Y quise correr, detener la escena perpetuamente que me vio arribando a tu Estado.

Poeta, es hora de quemar las naves en este país, que es tan mío como tuyo, es hora de quemar las naves para no tener modo de escapar, porque el exilio a causa de no rendir pleitesía a un gobierno líquido, se goza.

Poeta, donde estés sabe de cierto que mis pasos nunca tendrán más rumbo que la elección de la libertad… Todo vale la pena cuando te escucho respirar, cuando laten mis labios en los tuyos.

Helena enim, rationem et causam. PART II

Deven Helena, deven mujer, jaguar y roble. Vuelve tus pechos caracoles y siembra en tus manos la esencia revolucionaria.

Dispersa tus ideas y nunca olvides que el agua no tiene por qué ser comprada.

Cuando salgas de mi vientre y del corazón de tu padre, serás bañada, no con los finos perfumes de las musas, ni caminaras sobre el musgo lechoso cual pintura renacentista. Deberás caminar descalza sobre los sesos volados de papá que nunca se pudo acostumbras a la opresión y sobre las viseras de tu progenitora. Honrarás nuestro nombre cuando no permitas que te crucifiquen a un dogma, a una idea; y cargues en tus besos condena edípica alguna. Cuando no te asumas como Helena, cuando te olvides de tu nombre… Cuando lo otro seas tú misma.

Ya conocerás la lucha y la causa cuando sea tu pueblo quien exija de tus manos, levantar el estandarte de libertad a los oprimidos por la historia, que dicta como apócrifas las versiones que no le rinden pleitesía ni a españoles ni a fascistas, cuando sea tu pueblo quien te exija limpiar

sudor de las frentes y cocinar el almuerzo. Cuando sea el niño quien ocupe de tus brazos, para dormir sus tristezas y dolores… Aunque sea un ratito.

Con el tiempo comprenderás algunas cosas que no se pueden verbalizar, como la poesía, la sonrisa del hombre al que amas, o un plenilunio con brisa fresca, en espera.

Sólo el tiempo te dará la locura necesaria para creer en sueños colectivos, pintados con las manos de los que dejaron la mesa puesta sin probar bocado.

Sabrás por qué no conviene ser una mujer de plástico, ni conformarte con ser hembra y sentirás rosándote la espalda, los empeños de Simone y de todas tus hermanas, muchas muertas por haber nacido en una tierra, donde dios sólo cuida a los de su estirpe.

Helena, son tiempos difíciles, los líquidos tóxicos plagan las ciudades, los militares nos sitian y los armatostes que vuelan, dejan con sordera. Hay hambre en los puentes y hospitales, hay hambre en las escuelas, y por todos lados.

Papá te construyó un caballito de madera, con un tramo que quedó cuando pusimos la zapata. Para que lo busques cuando necesites saber cómo es la mirada de un hombre que ha visto tanta sangre y sin embargo no deja de consternarse con los suspiros sonámbulos y el llanto de tu madre por la madrugada, robándole instantes clandestinos al tiempo.

Pero mientras llegas a este mundo, cocido con la mano derecha , iré Helena a descocerlo, para meterle tu nombre y el de todas mis Helenas; violadas, torturadas, escupidas, transgredidas, machacadas, silenciadas y ya ausentes. De mis Ariadnas, caídas y olvidadas.

Mis Helenas anónimas e inauditas.

Descocer, incluir y después volver a cocer con la siniestra y de abajo hacia arriba, de adentro hacia afuera. Helena, estrella clara de mis tinieblas tempestuosas… Algún día.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Ida-Venida.


Venir a esta ciudad para constatar que existes, que creces que naces y me amas.Venir adivinando la escena, y maleando el mal presagio que la mente torna amargo cuando se vuelve intransigente.Venir a asegurarme de que lo que cuentan los viejos textos es tangible –que eres parte de mi carne, de mis huesos y mi más honesta causa, (alterna que se pronuncia de todas formas y que la gente está triste y que les duele algún dolor)-.Amarte al fin, con esa franqueza con que tocas lo intocable, con ese delirante modo con que besas y sanas el malestar que me acongoja, curas, consuelas la vista, reanimas… lates.

Me comes y alimentas, me ocupas.

Me voy, y ya siento ese llanto que se lleva en la garganta desde que uno nace, y se reserva para cuando te sabes ser humano, que se reserva para las despedidas que no dan tregua a la frialdad que te pertenece, no se evita, no se guarda.

¿Haz visto el dolor de las raíces, cuando las desprenden de las entrañas terrestres?

Pues tal cual se empecina mi espacio en desgajarme, en devolverme a estos vientos opacos, y fatales si no estás.

Se apagan las luces, se recrea el momento… Ya no estoy lejos, ya estás aquí.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Por ahora.

...Porque no me iré a otro lado- pensando que nada pasa en mi país, exiliada por elección.
Algún día cuando me preguntes -Helena- qué es el ejército
y quién fue Felipe Calderón, (por aquello que te cuenta la abuela sobre el reinado del terror).
Podré tener una sonrisa contagiosa y chocolate caliente
para contarte, mi vida... que sólo fue una pesadilla
de la que tu nación despertó
decirte que sólo fue un mal sueño colectivo...
que puedes ya dormir en paz, porque tu madre...
hizo lo propio para matar a la bruja.
Mientras eso no pase...
No te obligaré a vivir la pesadilla conmigo (nos-otros).
Te amo, mi vida... Ahora , sólo tenemos el derecho de delirar un ratito.



domingo, 24 de octubre de 2010


Nuestro tributo
al
artificio lujurioso
que te vertimos
en los poros.

Cuando tuve fuerzas para levantarme,
supe que tenía que sentir
vergüenza por mis actos,
y no la sentía.


No tenía ganas de sentirla.

domingo, 17 de octubre de 2010

Helena enim, rationem et causam. PART I


Elena, mi hija tengo que contarte y explicarte algunas cosas para que llegado el momento no me culpes por mentirosa, para que no me condenes al no hacer más que contarte cuentos de hadas, y a tu padre por no hacer más que explicarte el origen de tu nombre y leerte en mi vientre "La República".

Se escuchan disparos en la calle, justo ahora que redacto estas letras manchadas de mi propia sangre y la sangre de tu bisabuela que nunca aprendió a quedarse callada. Tápate los oídos, estrella intemporal, para que no te sobresalten los juegos artificiales que nos manda el gobierno, para hacernos creer que somos libres, pero no, nadie entiende que es para advertirnos que las granadas caerán hoy en nuestras camitas, quemando los libros, los cuentos, los olores de esperanza.

Cuídate de las balas, mi niña, y nunca confíes en los que dicen ser “los buenos”, ¡esos son los peores!. Muchos hermanos, han muerto atravesados de lado a lado, por los calibres que porta la policía, y nuestras hermanas, asfixiadas por sus asquerosas manos.

Cuando veas pájaros de acero, enormes en el cielo, no imagines que vienen a rescatarte y huye lejos, escóndete donde no puedan verte, es el ejército, ¡son ellos! Siempre entrenados como perros, como hienas…. Son aves carroñeras, y hábiles sabuesos que buscan el exterminio de los que luchan, de los que sueñan con un México, que huela a cacao humeante y esquites, no más a pólvora quemada y líquidos ferrosos.

Conoce las calles, conoce la selva, porque mi niña, allá afuera de mi vientre, no tendrás más hogar que los brazos del viento.

Hija, no te acostumbres a ver morir a la gente, nunca dejes de creerte parte de las masacres, ni juegues a ser la intelectual que no se moja las manos con sangre ajena, que cura heridas y aún así, sigue viendo hermoso el horizonte. Lucha con todo lo que tengas para erradicar la guerra, mi vida, para desaparecer la hambruna y la miseria, enseña a leer y a crear.

Sabes luchar, porque naciste luchando en contra de las prescripciones que te obligaron a agacharte, a sentir vergüenza de tu sexo, naciste luchando y abriendo un espacio, que la historicidad quiso negarte.

Nunca abdiques por más cansada que te sientas, no aceptes regalos, ¡putas dádivas!, a cambio de tu dignidad y la de tus hermanos.

Quema tu círculo de confort para que nunca te sientas tentada a usarlo.

Como me enseñó tu padre, aprende a usar los ojos como tu única estrategia, con ellos, mata o resucita...

martes, 14 de septiembre de 2010

Lírica para Vicente Nario


La ciudad amanece, nunca duerme desde que las pretensiones de la modernidad le taparon el pico a sus aves, y anda hambrienta desde que sus primogénitos decidieron embotellarle los frutos.
También desnuda la dejaron cuando la vendieron a Estados Unidos, violadas... dejaron a sus hijas que crecieron cubiertas con el llanto del sauce.
Así, las enterraron: A la patria, el pueblo y las niñas. La cubrieron con asfalto, y la lluvia artificial borró su historia. El ruido de los autos y las ambulancias, ocultó e hizo inaudible su gemido.
Con la gotita de sangre que nos quedó en las entrañas, pagamos a las transnacionales y a falta de madre, acogimos a una geisha para que nos amamantara, (así llegó la occidentalización).
Escupimos nuestro pasado, y sobre las naguas de las indias. Regalamos nuestras plazas y merados para que les pusieran nombres gringos y nos prohibieran en ellos hacer el trueque y gritar a las marchantas, ¡lleve su fruta fresca, su requesón y sus nopales... lleve flores!
De mi piel color de barro, sentí vergüenza e hice reproche de mis ojos color de noche. Me cubrí la nariz, herencia de mi bisabuela nacida en Tula (a propósito de la influenza). Me compré un dios blanco y barbado (parecido a Hernán Cortes) y le llamé Padre.
A la hembra separé de su virtud de milpa fértil, de germen y diosa, la empleé entonces en la industria y la maquila, un discurso feminista argumenté para esclavizarla creándole nuevas necesidades e insatisfacciones.



Seleccioné de forma refinada mis gustos musicales y el latido de Tonantzin me resultó estridente.
Apelé a la ciencia para explicar el tránsito lunar (desde entonces dejé de asociarlo con mi ciclo menstrual).
Tengo extrañas visiones ahora que transito estas calles, me llega de golpe un sentimiento ajeno-propio.
Comprendo luego, que cuando la tamalera oferta sus tamales, grita ¡Justicia!, cuando el niño llora de hambre, recuerda a lanza que en la conquista atravesó el pecho de un guerrero y es la misma lanza, que sigue atravesando el pecho del obrero, el desborde del río nos cuenta de nuestro origen, y recrea la batalla que se dio hace 200 años, y que hoy más que nunca está vigente, porque muchos forasteros y ladrones se quedaron a ocupar estas tierras. El color de los malvones y las amapolas nos evoca el orgullo imperante de la belleza con que nuestras mujeres portan sus chincuetes.
El llamado de la patria y la soberanía que nos fueron secuestradas, se hace manifiesto por escrito y está penetrando en la conciencia colectiva.
No celebraremos independencia, mientras haya tanto muerto a causa de un yugo extranjero en la frontera y por todos lados, pintarnos el cuerpo de verde, blanco y rojo, será una burla, mientras nuestros niños sigan siendo tatuados con la bandera china y vendidos sean a la corona española, no hay centenario, ni bicentenario que celebrar, mientras las causas por las que se luchó, sigan siendo utopía.
No celebraremos quimeras, no celebraremos gusto porque la clase trabajadora siga siendo subyugada, y escupiremos sobre sus “incentivos binacionales con sabor estadounidense”.
Porque señoras y señores, ¡ya basta! De mentiras que sabemos que lo son, y nada hacemos para hacer saber que lo sabemos.
Basta, de engañarnos con que en México se goza de libertad de expresión, mientras sigan decapitando y torturando periodistas y reporteros, paradójicamente porque ellos si hacen su trabajo.
En esta fiesta que se asoma, no dejemos que nos hagan olvidar el luto de nuestros abuelos y abuelas quemados por la cruz y la evangelización. Cuando entandamos lo que Carlos Pellicer expuso cuando dijo, “Los españoles no nos trajeron la cultura, nos trajeron su cultura”, comenzará el verdadero festín por la independencia ideológica, cuando dejemos de sangrar a nuestros hermanos, habrá barullo en las aguas. Cuando el pueblo deje de pedir traducción y traduzca, cuando exija que sus riquezas éticas, económicas e intelectuales, le sean devueltas. Nuestros ancestros y los que vendrán de nosotras, gritarán de regocijo.
Y es que seguro usted está de acuerdo conmigo, en que se equivocan los slogan al decir “Todos somos México”, porque México es territorio en guerra sucia y sangrienta, no somos México rojo, México muerte, México minado.

Cuando nos organicemos, quitaremos la loseta, limpiaremos el chapopote de los rostros de los anónimos, y se escuchará en los adobes y canteras: ¡LIBERTAD!

Región Mexiquense, septiembre 2010.

domingo, 18 de julio de 2010

Nos ven amar, nos ven jugar... nos ven atrás de su armadura militar.

¡En apoyo al SME, Ing. Cayetano Cabrera y los que resisten!

Cayetano entra a una burbuja de olvido consciente, su catarsis fluctúa entre la vida y la muerte, el resto… nos mordemos los labios secos de angustia.

Los creyentes rezan porque su plegaria sea escuchada, pero no por dios, si no por las "instancias correspondientes". Los ateos hacemos lo mismo, nuestras lágrimas, y el coraje que nos taladra,

dilata las arterias de este pueblo dolido, es nuestra más honesta forma de condenarles a las hienas y a los carnívoros potentados el repudio colectivo, que será también escrito, porque la miseria no la ocultan ni sus abultadas barrigas, ni su medula espinal.

Hay barullo, pezones erectos, y señores enojados, paisajes abigarrados… En esta ciudad que huele a muerte, porque cada puente que se cruza, es como ir más cerquita del Mictlan.

Las articulaciones colapsan y el flujo sanguíneo se alenta, la visión se nubla, y la parestesia se extiende por las piernas, se duerme

lentamente el brazo izquierdo, y sigue sin haber respuesta; si no un gran vacío que nos culpa

directamente por no haberle amarrado las manos al niño, para que de grande no se volviera ratero, para que en más travesuras no se involucrara, en la boca no le pegamos cuando nos mintió sobre su llegada tarde, y cuando dijo con cinismo que él no había sido. El niño se hizo grande, y se auto-proclamó “Supremo Gobierno”, y los papeles se invirtieron, porque no sólo pedía para comer diario, si no nos quitaba empleos, para dárselos a sus grandes hermanitos de nombre monopolios.

84 días de resistencia, 84 días de colapso, incertidumbre, pero franca convicción, 84 días que tiemblan no solo las conciencias de mi pueblo, que ya no creen a las señoras del lavadero televisivo, sino las piernas regordetas y cortas de los ególatras, y mandatarios, que buscan replegar y disolver la unión de los poseedores legítimos del terruño, y la dignidad.

Es cierto, en este país hay muchos Cayetanos, que inundan las calles alegóricas de México, con victoria.

Salpica para todos lados la historia que hacen mis hermanos, la que no se escribe en los libros, y la que no requiere de demagogias (porque es la que se siente y la que curte).

Dolidos por todos lados, buscamos la razón de su inferioridad escondida tras la pose del alarde y la fingida agonía, ni en la altivez de la primera dama, de la que nos resulta graciosa, porque no ha hecho a su marido, respetar la distancia que hay en su fría y alcohólica alcoba nupcial, de las camitas de los niños que no

encuentran a papá que trabajaba para Luz y Fuerza, y ahora dicen los

periódicos que se ha vuelto huelguista.

(Carga su barrilete esperanzado).

Cayetano, y los huelguistas, no le temen a nada, porque hay un pueblo al que representan.

Que seamos libres como el verso, que las miles de muertes hablen.

¡SME que sigue los pasos de los que no prostituyen la dignidad, y llevan en la boca la palabra que

esperanza!

México, en huelga anónima y sin hacer registro de ello desde hace..., a causa de un gobierno fascista que no se representa más que a sí mismo.

"Soporta lo que la suerte te depara; el que resiste acaba por ser premiado, porque la suerte sabe premiar con largueza, así como compensar con magnificencia el . espíritu tranquilo."

Herder

sábado, 3 de julio de 2010

Oscar y los capulines

Hablaba con los pájaros, como quien mantiene charlas

incansables con un buen amigo.

Comía capulines, y los huesitos

enterraba en los orificios de las paredes purulentas, haciendo un

mosaico, que pretendía

después tomara vida, y se volviera un bosque tropical, un paisaje

inclinado que le alegrara el seño a los

transeúntes.

S

e

llama Oscar, tiene once años y

los dientes podridos, los cabellos le cubren el rostro y me habla por

mi nombre; hace preguntas que nunca se responder –porque nunca son concretas- sueña, y le pido

que lo siga haciendo, porque dentro de poco, no lo hará más.

Deberá trabajar el doble, comenzará a usar las drogas de su madre, ser un maniquí de carne y hueso del destino que él no ha

elegido.

No aprenderá a leer; y es un alivio porque de ese modo, no imaginará paisajes, que no podrá tocar, no aprenderá a

escribir y esa condición lo ayudará, pues sus hijos no sufrirán al saber

que las carencias también se heredan del padre. La

estrategia de saber que dios existe, será su suporte para lidiar con el hambre.

No hablará de temas que no sabe, y tampoco le fallará al patrón al delatarlo de sus actos fraudulentos, ni se sabrá

explotado no le fallaré a la hora de condenarle, porque las cargas que el soporta en el lomo, no las

cargan ni entre dos.

Se levantará a la misma hora, todos los días de su vida, a soportar el flagelo y la cuarta más gruesa y más

infame que el látigo se cuenta azotó a Jesucristo.

Nunca sabrá a

quien se le ocurrió la estupidez de decir “pienso y luego existo”, para pensar se necesita

alimento, que el no tiene, y cuando lo tiene lo multiplica más del doble de la reproducción del pan y los peces, en trabajo, -para el no habrá tiempo de pensar-, eso es para los ricos.

Oscar morirá pasado el tiempo, en el empeño de que sus capulines germinen en la pared de la esperanza.

viernes, 25 de junio de 2010

Nos queda...


Es cierto, quizá (solo quizá) que ya toda la poesía esté escrita, es cierto (por cierto) que ya ha sido descrito el paisaje, y elogiada la tarde-noche, que se le ha inventado rostro al arcoíris, y que el lector –mediante Neruda-, idolatra el presentimiento del gato.

Es cierto que hemos conquistado las palestras del sueño, que trascendimos a la imaginación, y penetramos la alcoba de más de uno, que hemos causado llantos, incendios y milagros, es cierto que hemos enamorado, -y nos hemos enamorado-, que hemos mojado las hojas de los libros con preciso destino. La vía láctea hemos concretado, y más de un problema ha quedado resuelto, con un argumento invariable, que pareciese novedoso, pero es la misma táctica y la misma estrategia de Benedetti y de Girondo.

Lunas calientes, metamorfosis, ensayos sobre la ceguera… El tinto y la poesía.

Pero nadie, ningún poeta, ningún cronopio, ni un buen loco podrá escribir la sinfonía de letras, la magia que rodea el espacio de los trazos cortos en la pulcritud de las hojas blancas, el olor vivo de la tinta, la estridencia-consonancia que ejecutan las teclas de las maquinas de escribir. El timbre que indica debe recorrerse.

Y si así fuese, aun quedaría por redactar, aún queda la esperanza de la aporía: Darle fin a una trama, para dormir tranquilo y sonreír satisfecho, saber a donde se marchan los suspiros que comprenden el protocolo de escribir, imaginar quien es quien nos dicta lo que hacemos, quien es quien lo leerá…

El café y tú

"-Buenos días, cariño. ¿A ti cómo te gusta el café? -Solo. ¡Y largo!".
-Sí, amor, cuando digo que te vayas quiero decir que te vayas, que te pires, que te largues de una puta vez-
Ya vas tarde.
Buko.

Ya no se hace poesía, como cuando yo era poeta.

Ya no se hace

poesía, como cuando yo era poesía…

Las letras andan retardadas, y

caminan en los andenes del

pleonasmo,

de los títulos de propiedad,

de las uvas podridas –o

inmaduras-.

Andan en la búsqueda de nuevo estilos

que caen en la barbarie y el canibalismo.

Como indigentes,

caminan desnudas por las avenidas,

y piden limosna en el metro,

con consigna de ceguera.

La vendimia se hace manifiesta de la A a la Z.

Ya no hay chispa en el verso,

la estrofa está enlutada –desde lo Violeta Parra-,

y la rima ya no sale,

porque le teme a los resfriados.

La lírica está cansada de enamorarse;

de preñarse, de la pureza

que le condena desde su procreación

a ensuciarse los labios de muerte y de sangre,

pero que no le prometen la consagración

en los grandes firmamentos literarios.

Poetas nacemos y poetas morimos, (

desearte felicidad es peor que desearte la gloria)

Que nos condene… y redima entonces lo que nos queda en unión libre, -la poesía-.