martes, 20 de abril de 2010

INVITACIÓN


Saludos mis estimados lectores, y rebeldes lectoras, (irremediables maravillosas), pues escribo para dar una noticia que quizá much@s de ustedes ya conocen: El nuevo pedazo del alma de muchos poetas (icluyendo a una servidora) ha visto la luz, me refiero al libro


"Letras Épicas, Antología literaria en honor al bicentenario y centenario de las luchas armadas en México"


En el que comparto crédito con grandes amantes de la metáfora como Yabel Guadarrama Rivera y Lalo Sierra (a quien agradezco la magia compartida), esta obra ya está disponible para tod@s ustedes, y estará dispuesta a pasar a sus manos, si desean adquirirla el día jueves a las 11:40 am. durante la presentación que haré en el auditorio Gilberto Hernández, en Capulhuac de la obra "Mujeres en luto" de Agustín Yáñez, o con la fémina de mis asuntos importantes, Elizabeth Guadarrama, quien también podrá proporcionárselas.

Ojalá que puedan adquirir esta obra, que como lo dice textualmente Alejandro Torres (Editor de Épica)... es una muestra de que el combate no sólo debe darse en la palestra política o social si no en la cultural. Las voces nuevas ahora emprenden su propia lucha. El tiempo les dará la razón, (concluye).

¡Gracias por seguir el blog!, y de nuevo les invito a que no pierdan la oportunidad de ser parte de este proyecto.

jueves, 15 de abril de 2010

Mamita me llama


A Carlota, ímpetu de mi vida.

Cuando le doy su sopa, me hace cara de Mafalda enfurecida, la termina y me da un beso, mamita me llama, se sienta en la cama cuando estoy ocupada con mis textos, me hace preguntas, -¿Por qué tus libros no tienen minitos como los que me regala papá?- -¿Por qué de nuevo te veo cansada mamá?-, ella me llama mamita cuando la dejo en el colegio, y me hace reproche cuando me retraso en la salida, -¡Aprendí cosas nuevas, pero no me enseñaron lo que tu me enseñaste anoche, dice la Miss que los reyes son los papás!, yo no le creo mamita, es que ella se porta mal, y por eso no le traen juguetes ¿verdad?, nunca te alejes de mi nena, porque las sombras de noche son mandíbulas de lobos esteparios, que podrían tragarte y nunca devolverte a mis brazos…
Mamita me llama con la cara llena de dulce, y mocos, de tierra e infancia, soy su mamita, y si se siente sola, sabe que todo es falible, menos que la amo, y que por ella ofrendo mi vida, que por su sonrisa, mi vientre se volvió gardenia.
Fotografía II Tina Modotti.

sábado, 3 de abril de 2010

AmO♥


A Gabriel, y José Luis (mística dualidad)…
por redescubrir a la pornosilábica,
por el privilegio de ser musa, mujer y poetisa.




Amo el espacio elevado de tu blusa que sostienen tus dos senos, y el hueco casi imperceptible de tus piernas de náufraga cuando caminas… y cuando te sientas, y cuando estás callada, cuando me dices que no hay pose en tu manera de quitarte la ropa, o de beber el té, de prepararme el café.
Amo la displicencia de tu medula espinal, el robo que le hiciste a las lenguas de Venus y Sofía, de Tonantzin y , Antíope, todas, acurrucadas las tienes entre las piernas, el hielo líquido que besan tus aureolas, y la lira obsequiada por Érato a tu cabellera, de Magdalena viva-muerta.
Nadie sabe; todos especulamos el sabor del montículo debrayante que te sostiene la sombra, nadie sabe… todos especulamos el color de tu pubis al amanecer, e imaginamos impávidos y taciturnos, uno de tus pies iluminado por la voyerista luna que te contempla fatigada del espasmo, y de la duda, amo la rebeldía y la subversión de tus labios, que se niegan a mostrarse, que un día se levantarán en armas, que desterrarán a los foráneos fantasmas que los habitaron, -tus labios, como dos yeguas de mala cría, que no se dejan ser montadas-.
Amo tu vientre insurgente, y la poesía que recita cuando te haz empachado, amo cada uno de tus poros hipnóticos, y el toloache que tu madre dejó regado por tu cuerpo, cuando jugaba a dormirte como se duermen a las niñas en Filipinas.
Amo imaginarte, de mañana y noche, de las 7 a la 1, (ver como me preparas la tarta) descomponer el reloj que me decreta esclavitud, amo verte en mis sueños, amo despertar… y saber que respiras, amo todo de ti, ¿me entiendes?, todo de ti, solo hay algo que no amo porque no conozco: Son tus ojos, y de ellos no he podido hablar, seguiré conociéndote sin mirarlos, temo que se extinga la poesía si me colapso en ellos, temo tanto verlos, después de eso, podría morirme amando, ya no habría horizonte que conquistar, ni continente que explorar ya no habría otro cuerpo que desear, en
tus ojos, podría escribir mi epitafio.

Charlas nocturnas con Bukowsky



“…La agonía puede matar
o puede sustentar la vida
pero la paz es siempre horrible
la paz es la peor cosa
caminando
hablando
sonriendo
pareciendo ser…”
Charles Bukowski

-De cerveza-, me responde Bukowski, después de que me tiene a media noche, buscando algo de beber que nos haga febriles los sentidos, que la madrugada nos polarice, que las ventanas nos empañe -casi con el mismo cinismo de las putas que nos cogemos cada 9 de marzo -, búscame más cerveza, si quieres que esta noche te acompañe - me dice casi sentenciosamente- ¡búscame más tragos te digo chavala mía!, que siento que se me cocina la garganta, que siento necesidad de beber de nuevo mi vomito efervescente, pará, pará cariño, no hagamos diálogo, que siento que las tetas me revientan como dos globos aerostáticos, qué calientes que las tengo, ¿cerveza me haz dicho?, y Charles responde con tono aún amistoso, -cerveza, si... cerveza te he dicho, estoy seguro que en algún lugar de toda esta pocilga de mierda debes tener un poco de ella-, ¡pero que conveniente te ha resultado llamar así a mis cosas, ¿no?!, -¿whisky?, solo tengo eso cariño-, ¡ah pero que carajo, ¿cómo es que he visto la hora?, justo en este momento en que escuchaba esos tacones lejanos, cada vez más lejos, tendré que esperar ahora al minuto que sigue, y ya no me importará beber ni siquiera tu saliva fermentada, no habrá más ética que fingirnos el uno al otro, no habrá más necesidad de que te de mi fuego para prender tus cigarrillos, no pensarás por ello que soy descortés, ¿y si quiero orinar?, pues me acerco a una esquina de tu cuarto, y hay mismo me orino, ¿te crees aún el cuento del poeta de los versos encalados?, aún las mismas rameras que me follo, gustan de ese desgastado artificio, a veces hasta les pago tarde, a veces… me pagan con cerveza, a veces les pago con dinero, a veces les pago con nada.
¿Ya te conté que la capital de Nueva York, es Albany? -Sí nena, al menos de tus labios lo he escuchado 30 veces por cada día que he estado aquí- baaaaaaah, entonces ¿qué quieres que te cuente?, bien te diré dos cosas: En primer lugar quiero que te calles esa boca parlanchina, que ya me está provocando jaqueca… -¡já! esa jaqueca, la tienes porque llevas los mismos días consecutivos que dices me haz oído hablar de Albany, haz estado formándote un enjambre en las amígdalas, ¿qué tienes en el cuerpo? ¡¿Una botella sin fin, de tinto?!- ¿cuándo fue la última vez que te vi cogiendo una navaja para rasuraste esas barbas?, -Si tuviera navajas ahora, reina… las usaría para todo, menos para rasurarme-, siempre he querido preguntarte algo, pero siempre me interrumpes con suspicacia, -perdona que te interrumpa mujer-, pero la segunda cosa, es que evites tus perdigones en mi cara; eso… y que muevas las nalguitas, a seguir buscando la cerveza, que siento que mi mente casi evoca de nuevo, el odio por aquella puta (la peor de todas), que se llevó mis doce poemas sin copia…

A Jaime Sabines (quien no me encanta).

Sabines es el amante de mis amantes,

Amantes de otoño.

Él es el culpable,

de un par de mis llantos,

ni su acento

ni su alfabeto comprendo.

Pero su tiple y su voz me sugieren,

su tinta no se disculpa,

ni reverencia a figura cotidiana

su tilde no se opaca o desvanece

Él es grande y seductor,

él cuenta con algo que yo no,

para encantar a los hombres

a los que me gusta enamorar.

Sabines no es indulgente

ante las de mala reputación,

o los ojos fálicos.

Sabines es un señor que no conozco,

pero cuyo aliento

ha dejado mi habitación

impregnada de escenas oníricas,

recovecos de ansiedad en mis senos,

ese hombre que no deja de ser niño,

y por ende de

ser

fascinante.

Carolina, en el oficio de poetisa...




Presentación de 40 Barcos de Guerra















Encuentro Nacional de Poetas, Bellas Artes.


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jueves, 1 de abril de 2010



Voy a ser autómata de la comunión que harás con mi cuerpo, si te atreves le contarás tus pecados a mis poros dilatados por el crepúsculo, ellos te darán la gracia santificante, bebe el vino y el maná de mi vulva, si después te queda error, lo alternas con oraciones mediocres.
Crea después los perfumes y la fantasía de la resurrección.
Rocía el recinto impío de mi cuerpo, el incienso, el copal, y la sangre de tu redentor , decrétame una sentencia equiparable a mi indecencia, (el dolor no será suficiente), para de consentirme, deja que mi piel se queme con el sol de frente.
El fruto de la vida dame de beber, que ando sedienta. No me hagas verte menos poderoso que tu padre te lo ruego, (en silencio deseo que me preñe nuevamente) pariré con dolor y éxtasis sublime.
Hagamos que los apóstoles nos laven los pies con sus lenguas traidoras y ateas, para que entonces surja de nuevo el árbol del pecado, con la misma culebra incrustada.
Del pezón izquierdo al ombligo, te invito a perturbarme, te ordeno que lo hagas, y suplico que el espíritu santo te mande el poder de mil ejércitos, ¡mi maestro!, ya me haz liberado de Egipto y anémica me haz traído por el desierto , regala al mundo pan ázimo; para que me acojan como su superior jerarquía, dales del líquido amniótico emergido de mi vientre, para curarles la ceguera y el tullimiento, el moror será fumado en la pipa de tu pene; esta es mi disposición. ¡Alabad el nombre de Iahvé!, constrúyeme un reino de sal, -apelo a tu misericordia eterna- libérame de los opresores, y de la historia, de la especulación, y la sodomización de satanás, dame carne cuando haya pan, dale énfasis a mis dotes de princesa celeste, diles a todos que cuando me penetras sigo siendo virgen de las aguas con la misma parsimonia y las fauces insurgentes.
¿Quién necesita la indulgencia ante tus ojos de pastor y salvador del mundo?, cautivado por mi cuerpo fresco, como fruta del mejor temporal.