lunes, 3 de enero de 2011

De vientres y prodigios.


Lo sé preciosa, lo sé de sobra. Tu afición por la suave cadencia del óleo, de tus ojos sorprendidos y tu cabello, de tu arrogancia suspendida y la multiplicidad de tus labios. Lo sé, porque basta con imaginarte, para tocarte la espalda baja y colocar bálsamo a las prodigiosas plantas de tus pies, el color de tu lente para capturar la esencia vagabunda de la poesía... Virtuosa mujer que emergió de mi ausencia.
Obligada me veo a turbar la necesidad que tienes de saber que eres imprescindible en la trama escrita y re editada. Misma ninfa, bacante que en otra tierra sublimó a los dioses. Percibo a mi amado en tus líneas, y en algunos días de tu semana. Hablemos el mismo idioma, preciosa, que aún no se ha inventado otro, ni hay "otras" palabras, para nombrar a las cosas, cosas: Llanas, simples, alejadas de la turbulenta demagogia, de los discursos que justifican tu estancia y no por ello la lírica las habita menos.
De ti no me habla la imagen que evoco por las noches y me produce sobresalto, me habla tu siniestro lunar, y las veces que tu nombre se ha cruzado con caminatas interferidas, deshoras y llanto.

No busques más preciosa, quedarte en la curiosidad y el eco de lo evidente, no seas más instante, desliza los codos y las pestañas donde puedan amanecer, donde el desvelo y no el café sea la meta.
Aceptemos, preciosa, que el incendio ha iniciado, que tu saliva, sólo engrandece ésta inundación, que los vientres nuestros, antes de pensarlos, ya habían sido consagrados al germen o la erosión.
No juegues más a creer que puedes confundir la ruta del viento o la palabra, preciosa, deja de jugar a la comuna, y de pintarte los labios, de esperar y no soltar la esfera y el instante.
Preciosa, lava tu sexo en los nenúfares hasta que se disipe el sabor de la contradicción.
Regresa a casa, segura de que la tormenta plaga calles y las oquedades del poeta.


1 comentario:

  1. Hay líneas que cortan la tensión como cuchillos, que lo atraviesan y lo desangran, dice un filósofo alemán que vivía en un bosque, que en esas líneas, que cortan la tensión de todaslas cosas que se resisten a aparecese en su propia forma, que se oculta, acontece laverdad. Y aquíla verdad se muestra ocultándose, hermoso poema, autónomo de la verdad que nombra, que nombra por accidente, pero grita y llora por incidente.

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