viernes, 4 de junio de 2010

Canto de ti...

Tu canto es afrodisiaco, y mi canto es mixteca, (que doblega la proporción tuya), si te veo me vuelvo bohemia, y me da por pedir mezcal y un mal tequila, rogar a San Nicolás, tarareo melodías socialistas, se me quitan las ganas de vender mis letras, y mis ideas, soy llama, pájaro y el viento que respiras. Si voy a la cocina encuentro las albóndigas calientes, y los nopales fritos, las tortillas llorando de ti. Yo no te lloro porque no te vas, porque de quedas, y porque lavas mi rosario, y compurgas mis pecados, en este purgatorio mundano de injusticias y miseria, si voy a la cocina te veo bebiendo de la olla, y escuchando las penas y los lamentos del mole oaxaqueño, de donde procede la que me dio la vida, para amarte. Coyota hambrienta, xoloitzcuintle desahuciado como la existencia y la condena de ambos, chile pasilla, chile de nostalgia, que nunca le vierto a tus comidas, porque naciste siendo feliz, para alimentarme de felicidad.

Cuando no estás, me parte el tranvía, y me atraviesa la llaga de tus memorias, y tus pasos de revolucionario, inconmensurables y fijos, pasos que pisan el piso, y que se elevan para escenificar mi paraíso, como el agua de barro, como los alcatraces, como los hongos del cerro cuate.

Te necesito acompañándome, en las horas moribundas y mutiladas, ateas, en las horas buenas y en las malas, te necesito como te necesitan mis especias, mi laurel y mi retina.

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