sábado, 3 de abril de 2010

A Jaime Sabines (quien no me encanta).

Sabines es el amante de mis amantes,

Amantes de otoño.

Él es el culpable,

de un par de mis llantos,

ni su acento

ni su alfabeto comprendo.

Pero su tiple y su voz me sugieren,

su tinta no se disculpa,

ni reverencia a figura cotidiana

su tilde no se opaca o desvanece

Él es grande y seductor,

él cuenta con algo que yo no,

para encantar a los hombres

a los que me gusta enamorar.

Sabines no es indulgente

ante las de mala reputación,

o los ojos fálicos.

Sabines es un señor que no conozco,

pero cuyo aliento

ha dejado mi habitación

impregnada de escenas oníricas,

recovecos de ansiedad en mis senos,

ese hombre que no deja de ser niño,

y por ende de

ser

fascinante.

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