martes, 30 de marzo de 2010


Alma, Alma de mi alma, alma ingrávida, doliente sensación en estos días de estrecho andar, alma etérea, sueño seco, reseco, húmedo y poco constante. Alma, me quitaste al que amaba, te entregó lo que a mi alma le faltó para supurar el óxido implantado por los constantes pliegues mal pegados, alma impura, que caminaste fatigada para llegar a el, como yo solía hacerlo, alma ya no me dueles, ni te culpo tampoco por ser la bestia que se tragó a la mariposa que yo buscaba, ya no te invoco en horas envinadas, en que me da por blasfemarle a la existencia misma…
Alma, alma morada e histérica, no te culpo por amarlo, que si en esta tierra la que no se homogeniza no lo ama, no es digna de llamarse, Alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario